miércoles, enero 27, 2010

65. Enrique de Ofterdingen


Un libro que debería permanecer escondido debajo de la almohada es Enrique de Ofterdingen, obra inconclusa de Novalis, cuya juventud permanece intacta a pesar de los embates del tiempo y las modas.  Novalis murió a los 29 años en 1801, dejando inconclusa la que parecía ser una obra monumental, cuya finalidad última era encontrar la « flor azul » de la sabiduría.

El joven Enrique sueña y la obra transcurre durante un viaje que hace con su madre a la tierra de sus abuelos, llamado por el conocimiento del mundo y la necesidad de escuchar las historias comunes y corrientes que alegran a los viajeros y a los solitarios. Pese a que para los contemporáneos la obra de Novalis puede estar cargada de inútiles florituras, en Enrique de Ofterdingen quienes hablan de poesía son personas sencillas, comerciantes, mineros, contadores de historias. No hay en la proposición del poeta ninguna tendencia al aislamiento enfermizo, sino la certeza de su necesidad en un mundo de sables y verdades sanguinolentas como las guerras de los cruzados a que hacen referencia envalentonados musculosos. (Fuente: El Manifiesto)

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